Esa montaña
pregunta,
pero no sabemos cuáles son
sus preguntas.
El cielo y el polvo seco
derraman verdades
como un pecho
la leche nutricia,
pero no somos capaces
de descifrar
la tierra.
Nos han cortado
el lenguaje
para decirnos con la raíz
en una totalidad,
nos hemos destetado,
antes de ningún tiempo,
de la madre.
Vivimos sin vivir
Corremos los inventos
de la muerte,
del capital y del mercado,
del intelectual y del técnico,
de lo insensible, de lo siniestro,
de seres de ningún lado, seres muertos
que no se reconocen a sí mismos.
Inventamos sentidos,
signos,
líneas cronológicas,
utopías,
testamentos,
y cada vez
estamos aún
más lejos.
Queremos controlarlo todo,
ser los señores del espacio y del
tiempo,
certificar, planificar,
conocer, conquistar.
La realidad:
no sabemos
qué comemos,
dónde pisamos,
cómo sanarnos,
cómo sembrar y criar,
darnos el alimento,
reír de verdad,
quiénes somos,
quiénes son nuestra madre, nuestro
padre,
hijos, hijas, hermanas, hermanos,
abuelas, abuelos.
Explotamos, ultrajamos,
profanamos
la madre que nos pare
y protege
día a día,
noche a noche.
Es la muerte en nombre de la vida.
¿Quiénes somos?
¿Dónde estamos?
La madre tierra exige:
mirémonos desnudos,
mirémonos los pies,
las palmas abiertas
de las manos.
Laura Gallo
Laura Gallo
No hay comentarios:
Publicar un comentario